El sexo anal es una práctica erótica que despierta mucho interés y curiosidad. Pero también está rodeada de algunos mitos e ideas equivocadas. En este artículo analizamos en profundidad los principales mitos sobre el sexo anal, para que puedas disfrutar de esta práctica íntima sin tabúes ni preocupaciones.
Origen e historia del sexo anal
El sexo anal ha existido a lo largo de toda la historia de la humanidad. Era común en las antiguas civilizaciones griega y romana, aunque también estaba presente en Oriente, India o Japón.
En Occidente la llegada del cristianismo lo convirtió en un tabú. Durante la Edad Media se consideraba pecaminoso y herejía. No fue hasta los años 60 y 70, con la revolución sexual, que el sexo anal volvió a incrementar su popularidad.
A partir de entonces se fue extendiendo entre heterosexuales, aunque su imagen seguía vinculada principalmente a la homosexualidad masculina. Hoy en día es practicado por parejas de todo tipo, aunque sigue envuelto en ciertos mitos.
Mito 1: Solo lo practican los homosexuales
Posiblemente este sea el mito más extendido sobre el sexo anal. La realidad es que hoy en día lo practican tanto heterosexuales como homosexuales.
Según encuestas recientes, alrededor de un 30-40% de heterosexuales admiten haber tenido relaciones anales en el último año. Y este porcentaje va en aumento.
Así que la orientación sexual no determina quién practica o no el sexo anal. Tanto gays como lesbianas, bisexuales y heterosexuales pueden disfrutar de la estimulación anal como parte de sus relaciones. Rompe mitos sobre sexo anal.
Mito 2: Duele mucho
Otro mito común es que el sexo anal resulta muy doloroso. Es normal sentir cierto escozor o molestia inicial, sobre todo las primeras veces. Pero con la preparación y lubricación adecuadas, el sexo anal puede resultar muy placentero.
La clave está en la excitación previa, empezar despacio, usar lubricantes específicos y relajar bien los músculos. También es importante encontrar posturas que resulten cómodas para la penetración, como el perrito o de cucharita.
Un dolor intenso nunca es normal durante el sexo anal. Si se siente, hay que parar y comunicárselo a la pareja. Con paciencia y practicando de forma gradual se puede aprender a disfrutar del sexo anal sin dolor.
Mito 3: Solo lo disfrutan las mujeres
Falso. Los hombres también pueden alcanzar intensos orgasmos anales, tanto activos como pasivos. Esto se debe a la alta concentración de terminaciones nerviosas sensibles en el ano y la próstata.
Muchos hombres heterosexuales disfrutan de la estimulación anal pasiva realizada por sus parejas femeninas, ya sea con dedos o juguetes. La penetración con strap-on también es una práctica cada vez más extendida entre parejas hetero.
Mito 4: Es antihigiénico y causa infecciones
El sexo anal no tiene por qué ser antihigiénico si se toman las medidas adecuadas. Usar preservativo, lubricantes aptos, no mezclar penetración vaginal y anal, y lavarse antes y después, minimiza cualquier riesgo.
Las infecciones no son más probables que en el sexo vaginal si se practica con cuidado e higiene. De hecho, la mayoría de problemas derivan de forzar la penetración sin suficiente excitación, lubricación o relax.
Para una mayor limpieza, se puede usar una irrigación anal con agua antes del sexo anal. También es recomendable orinar y lavarse después de la práctica.
Mito 5: Puede provocar incontinencia anal
Otro mito extendido es que el sexo anal provoca problemas de incontinencia fecal. Esto no es cierto si se practica con cuidado.
El ano tiene mecanismos naturales para controlar la retención fecal. A menos que exista una lesión o enfermedad previa, el sexo anal practicado de forma consentida no causa ningún problema de incontinencia.
En todo caso, es importante excitarse bien antes de la penetración, usar lubricante y relajar la musculatura para evitar desgarros. También se debe interrumpir la actividad si se siente dolor intenso.
Mito 6: Se debe mantener en secreto
Aunque el sexo anal sigue envuelto en cierto tabú, no es necesario mantenerlo en secreto entre las parejas que lo practican. Hablar sobre ello con confianza ayuda a disfrutar más la experiencia y communicar las preferencias.
Naturalmente, la práctica sexual anal, como cualquier otra, pertenece a la intimidad de la pareja. Pero no hay nada de malo o antinatural en ello. Poder hablar abiertamente sobre sexo anal con la pareja enriquece la comunicación y confianza y rompe mitos sobre sexo anal.
Mito 7: No se puede practicar durante el embarazo
El sexo anal es una buena alternativa durante el embarazo, sobre todo en posiciones cómodas donde la mujer controle la penetración.
Al no haber penetración vaginal, el sexo anal no supone riesgo de provocar contracciones prematuras ni desencadenar el parto si se practica con cuidado.
Eso sí, siempre se debe usar preservativo y lubricante adicional, para evitar infecciones que pudieran ser peligrosas durante la gestación. Y se debe interrumpir la actividad ante cualquier molestia.
¿Es obligatorio practicar sexo anal?
Rotundamente, no. Nadie debería sentirse presionado u obligado a practicar esta actividad si no lo desea. El sexo anal requiere de excitación, preparación, confianza y consentimiento de ambas partes.
Forzar o coaccionar a una pareja para que acceda a una relación sexual anal es un claro signo de abuso.
Cada pareja y cada persona tiene sus gustos y límites particulares. Lo fundamental es comunicarse y estar de acuerdo antes de explorar cualquier práctica sexual nueva.
Consejos para disfrutar más del sexo anal
- Usa mucho lubricante apto para sexo anal y aplícalo sobre el ano, el pene o juguete y el preservativo. Esto reduce la fricción y evita desgarros.
- Empieza con juegos anales suaves como masajes o estimulación superficial. Luego pasa a la penetración con los dedos para preparar el ano.
- Ve despacio, detente si sientes molestias y cambia de ángulo o posición en busca de más comodidad. La comunicación con la pareja es clave.
- Practica los ejercicios de Kegel para tener un mejor control de los músculos anales y relajarlos conscientemente.
-Considera el uso de un dilatador anal para ir “entrenando” poco a poco y que la penetración resulte más fácil y placentera.
- Adopta posturas que faciliten la relajación del esfínter anal como de cucharita, perrito o sentada encima de la pareja.
-Orinar y lavarse antes y después de la práctica anal ayuda a mantener la higiene y evitar riesgos de infección.
Preguntas frecuentes sobre sexo anal
¿Se puede practicar sexo anal sin condón?
No se recomienda, ya que aumenta el riesgo de contagio de ITS. Es mejor siempre utilizar condones y cambiarlos si se pasa de la penetración anal a la vaginal.
¿Se puede quedar embarazada con sexo anal?
Es muy poco probable, pero puede ocurrir si hay eyaculación cerca de la vagina y los espermatozoides migran. Lo mejor es usar condón o retirar el pene antes de llegar al orgasmo.
¿El sexo anal es más doloroso para las mujeres?
No necesariamente. Con lubricación y preparación adecuada, tanto hombres como mujeres pueden disfrutar del sexo anal. Unos lo encuentran más doloroso que otros independientemente del género.
¿Cuánto puede durar la penetración anal?
Depende del gusto de cada persona. Puede ser unos minutos u oscillator todo el acto sexual. Lo importante es empezar de forma lenta y progresiva. Parar si se siente dolor. Y comunicarse siempre con la pareja.
¿A largo plazo, el sexo anal afloja el ano o causa problemas de continencia?
No, siempre que se practique de forma adecuada, con cuidado y utilizando lubricante. El ano tiene mecanismos naturales de control que no se ven afectados por la penetración consensuada.
Como puedes ver, muchos de los mitos sobre el sexo anal resultan infundados. Lo más importante es informarse bien, comunicarse con la pareja y tomar todas las medidas para maximizar el placer y la seguridad. ¿Te animas a descubrir los verdaderos encantos del sexo anal?